Ponzofrase conspirativamente inútil

«Pitu es Macario».

Jesús (1920 a.C. - 33 d.C.).


Jazz Peronista

Perón y el Jazz (clickea acá para ver la imagen).

Relatos un cocker, un heladero y Moisés


Moisés tenía todas las desgracias habidas y por haber: sus amigos se burlaban de él por su credo religioso, tenía un nombre similar al de un perrito Cocker cocainómano y usaba aparatos. Lo más trágico y lamentable de esta historia, es que Moisés desconocía estas desgracias; se creía un boludo felíz, pero era, simplemente, un pobre pelotudo (nótese la diferencia antagónica entre “boludo” y “pelotudo”, para que los de la Real Academia Española, unos auténticos Pelotudos, no vayan a decir que es lo mismo).

Cada día, se levantaba a las 5 de la mañana para desayunar y luego limpiar (por obligación de su madre, que no quería pagar una mucama) la casa.

El colmo de la desgracia llegó un día en que Moisés se dirigía al camión de helados, tan típico y trivial en las películas estadounidenses. “Uno ehh, uno de chocolate, ahh no, uno de, deee, vainilla!, si, vainilla por favor” le dijo Moisés al heladero, claramente en un éxtasis de hesitación e incertidumbre. El heladero, un obeso mórbido conocido por maltratar ancianas seniles y escupirlas (según contaba el mito del barrio de Once), le dio el helado y, rápidamente, prendió el motor y se fue. Mientras arrancaba, Moisés sufrió un desmayo provocado por el monóxido de carbono que emanaba el caño de escape. Cayó, se rompió un diente, dio tres vueltas en el piso, y el helado se esparció por toda su ropa. Moisés había despilfarrado 7 pesos en ese helado tan prometedor

1 comentario:

jimi, the exploder dijo...

7 pesos? para un moishe como ese es mucha guita. Y noté que el muchachito hablaba como cierto conocido nuestro apodado Pitulin.